El maleficio es un acto que se realiza para dañar a otro, con el concurso de los demonios.
Los maleficios pueden realizarse para: matar, provocar la perdida de un ser querido de un enemigo, provocar una ruptura sentimental o infidelidad, provocar la posesión de una persona, provocar la ruina en los negocios, provocar que alguien enferme, etc.
Para evitar los maleficios es necesario realizar oraciones, pues solo estas protegen contra el maleficio, habida cuenta que los maleficios solo tienen efecto, si Dios los permite.
En los ritual de los exorcistas, requiere que se imponga al demonio la confesión de: si permanece en aquel cuerpo por alguna obra mágica, signos o instrumentos maléficos.
Si el poseido ha comido algo con maleficio es necesario que lo vomite o nos revele donde se halla para extraerlo del cuerpo. Los vómitos u objetos extraidos deben ser quemados, sin tocarlos, mientras se reza y posteriormente se deben lavar las manos con agua bendita.
Cuando se invoca al demonio, nunca es vano y los que encargan o realizan un maleficio serán los primeros perjudicados por el demonio, que siempre cobrara sus favores, ejerciendo algún tipo de: influencia demoníaca, posesión o enfermedades.
La efectividad del maleficio contra la persona a la que va dirigido, se hara realidad o no, dependiendo de la voluntad de Dios, que puede permitir que en nuestra existencia sobre la tierra haya bienes y males, pues nuestra vida es una prueba antes del Juicio Final.
No hay ninguna forma justificada de predecir si se sufre mal de ojo, pues la acción del demonio es invisible y unicamente el exorcista esta capacitado para detectar los sintomas que producen una posesión o una influencia demoníaca.
Los males pueden ser provocados por causas naturales o frutos de un maleficio, cuando vienen acompañados de hechos malignos que delaten una causa demoníaca.
El bien siempre es más fuerte que el mal y si una persona ha invocado al demonio para hacer el mal, la víctima debe invocar a Dios para que le proteja, le ayude y le bendiga.
El plan para destruir un maléficio es:
1.Rezar tres misterios del rosario
2.Leer cinco minutos el Evangelio
3. Orar unos instantes en una iglesia
Estos tres puntos anteriores, se pueden complementar con:
4. Ir a Misa al menos 3 veces a la semana.
5. Colocar en la casa un crucifijo bendecido
6. Colocar en casa una imagen de la Virgen María
7. Rezar un salmo al día.
El sacerdote es exorcista, tendrá que rezar para determinar si aún permanece el maleficio en la persona.
Un hechizo es un acto que se realiza para conseguir algo deseado con el concurso de los demonios.
La diferencia entre el maleficio y el hechizo es que en el maleficio se busca dañar a alguien y en el hechizo se busca algo positivo. Con un hechizo, se puede intentar: que alguien se enamore del que hace el hechizo, que vayan bien los negocios, que le toque la loteria, que ascienda de puesto, ganar un concurso ...etc.
Cuando se exorciza a alguien si se encuentra el objeto del hechizo se ha de destruir ,realizar oraciones a Dios y destruir toda la influencia de ese objeto demoníaco.
En la realización de maleficios y hechizos se suelen usar vísceras de animales, pelos de las víctimas,sangre menstrual, muñecos de cera, marcar con tiza un pentáculo en el suelo poniendo velas.
El exorcismo es indiferente al uso de materiales. La eficacia del maleficio depende de dos cosas:
- La voluntad del que realiza el maleficio y que llama a los demonios.
- La voluntad de los demonios al atacar a una persona.
Los materiales o el rito concreto con el que exorcice al demonio, no tiene importancia, pues lo que importa es: la fe en Dios. Se puede exorcizar al demonio armado sólo con el nombre de Cristo y la fe.
El mal de ojo, puede ser causado de forma conscientemente mediante conjuros y de forma inconscientemente cuando personas con poderes psíquicos odian o tienen envidia a alguien e inconscientemente le provocan mala suerte entre otras cosas.
El mal de ojo consciente nos lo provoca alguien que sabe hacer conjuros.
El mal de ojo inconscienteotro es simplemente energía negativa que alguien acumula contra nosotros.
El Asmodeo de Rennes Le-Château